Después de varias encarnaciones y cambios de función –fue iglesia, sauna y patrimonio de la embajada– finalmente abrió Finlandia Hall, el centro cultural finlandés en Buenos Aires. Y lo hizo con una muestra de Andrés Bruck y Gustavo Eandi llamada Solo tú y yo, acompañada por un recital de DJ Aylu (Ailín Grad) en la capilla del lugar. Solo tú y yo reagrupa, en formatos no necesariamente gráficos, algunas de las preocupaciones compartidas por los dos artistas y diseñadores; la muestra consta de un grupo de dibujos sobre lienzo y algo del mobiliario finlandés original, con alusiones a la violencia de género en juego con el abandono y sordidez del lugar, todavía en reconstrucción.

En diciembre una multitud se agolpó en la capilla semioscura de un solar en casi completo abandono en el barrio de San Telmo, en la bajada que separa Balcarce de Paseo Colón. Tras golpear la puerta de madera y subir una escalera de la que fueron removidos parcialmente los escombros, se podía llegar al lobby en el primer piso y luego a una amplia sala con viejas arañas de luz y objetos raros en las paredes y el piso. Una puerta vidriada en el otro extremo de la sala filtraba la luz y el sonido que llegaban de la capilla.

El lugar está apenas reacondicionado y funciona actualmente como sede de Finlandia Hall, el incipiente centro cultural finlandés en Buenos Aires. El edificio fue primero gimnasio para marineros ingleses, luego iglesia para sus colegas finlandeses, pasó a formar parte del patrimonio de la embajada finlandesa en Argentina y por fin quedó en manos de la Fundación Iberoamericana de Finlandia. Entre tantos cambios de propietario, función y nombre (se llamó en algún momento Casa Finlandia), fue llenándose de las ruinas de distintos proyectos y también de muebles traídos directamente de ese país tan lejano y famoso por su madera. El edificio cuenta con un sauna (en ruinas) y en algún lugar puede verse también una vieja mesa de pool. Más allá de un evento del festival Hyperlocal, poco uso se le ha dado hasta fines de 2016, cuando Finlandia Hall abrió formalmente sus puertas, tras someras refacciones y una ineludible habilitación municipal, con una muestra de Andrés Bruck y Gustavo Eandi, Solo tú y yo, acompañada por un recital de DJ Aylu (Ailín Grad) en la capilla. Desde la otra vereda de la avenida San Juan puede verse el neón verde con las iniciales FH sobre la medianera del edificio, un logo diseñado por los artistas que no solo inauguraron el lugar sino que (por falta de personal acorde) también debieron barrerlo alguna que otra vez.

Bruck y Eandi, artistas y diseñadores, ya habían colaborado en muestras y publicaciones. Cuando alguno de los dos diseña la tapa de un disco o un libro, le pasa el material al otro, que a veces agrega sugerencias o comenta los detalles. De este tráfico instantáneo y continuo salió una muestra bien pertrechada y algo inusual, adaptada al tamaño y al espacio. Es difícil discernirlos individualmente, aunque Eandi esté más presente en algunos motivos y Bruck en ciertas formas capciosas de pasar del dibujo al objeto.

Las dos facetas conviven perfectamente en Solo tú y yo, una muestra de diseñadores-artistas que coquetea con la ambientación y se sublima en la música.

El rejunte de ilustración y música electrónica sobre las ruinas de un sauna en el corazón de San Telmo parecería una escena de otra época, algo imposible en una ciudad donde la escena cultural esté de alguna manera regulada. Solo tú y yo no pasó desapercibida para el mundo del arte, y de hacho es una de las obras mas concurridas del verano.

12/02/2017

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