Por causa de un significativo aumento de denuncias de las mujeres por violencia, Marcelo D’Alessandro, secretario de Seguridad de la Ciudad de Buenos Aires, se quejó de la lectura que hacen algunos jueces y alertó a la sociedad en búsqueda de una solución.
Los casos de violencia de género y los femicidios se han multiplicado y se han convertido en una noticia habitual en los medios de comunicación. A pesar de las campañas de concientización y los esfuerzos para generar un cambio cultural, se siguen sucediendo con una alarmante frecuencia.
Según datos del gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, en el período comprendido entre 2016 y 2018, las denuncias se multiplicaron un 80 por ciento. Hoy, las estadísticas alarman a las autoridades, en lo que va de 2019 (21 días) hubo 11 mujeres asesinadas.
A través del secretario de Seguridad, Marcelo D’Alessandro, el gobierno nacional expresó su preocupación por el aumento de estos casos de violencia y denunció un grave obstáculo. “La tecnología nos permite tener pulseras electrónicas para saber como semoviliza el agresor y cuanto se acerca a la víctima, pero muchas veces la justicia no accede a colocar este dispositivo a los violentos porque dice que los estigmatiza.
Muchas veces las víctimas se encuentran en una situación de vulnerabilidad extrema, “denuncian a alguien que las mantiene a ellas y a sus hijos”, describió el secretario de seguridad porteño. La problemática es muy compleja y dolorosa.
Policía, bomberos, vecinos, amigos y familiares; todos participan este sábado en los rastrillajes para encontrar a Carla Soggiu, la joven desaparecida desde el martes y que había activado dos veces el botón antipánico.
La policía se acercó el mismo martes al lugar que indicaba el geolocalizador pero no la encontró. La mujer tenía el dispositivo desde el 27 de diciembre por haber denunciado a su ex pareja, Sergio Fuentes, por violencia de género; él está detenido con prisión preventiva.
Mas de 3000 mujeres, tienen el botón antipánico en la Ciudad de Buenos Aires. Básicamente consiste en una especie de teléfono táctil adaptado para emergencias.
El aparato tiene distintas funciones, una consulta el Centro de Monitoreo de Alarmas Fijas y Móviles de la policía de la Ciudad, otra un chat que se despliega por si la víctima no puede hablar y la función con la que comienza la alerta que es la del SOS. También puede sacar fotos, filmar o grabar.
En cuanto al caso Carla Soggiu, que tenía un botón antipánico pero terminó muerta en el Riachuelo, D’Alessandro señaló: “Hay que ser prudente, tienen que hablar los psicólogos, pero muchas veces se generan casos de estrés postraumático y no podía ni orientarse. Ella iba caminando a lo que iba a terminar en este desenlace fatal, sin darse cuenta. Esa situación de estar tan perdida algo lo provocó”.
“Es un tema que nos compromete a todos y hay que trabajar en todas las áreas. Tenemos 3.260 botones de pánico en la ciudad y 800 consignas policiales, pero esa no es la solución”, finalizó el funcionario.
Lo que hace falta que ahora haga su parte la justicia, y de una vez por todas ponga fin a
tantas víctimas de violencia de género. Para que estono siga ocurriendo.