Los policías de la Ciudad de Buenos Aires, comenzaron a usar las primeras 500 unidades de las nuevas pistolas Byrna, que funcionan con aire comprimido y permite desactivar una amenaza a 20 metros de distancia. Las pistolas de letalidad reducida se ponen a disposición de los policías a medida que se capacitan. Ya hay 385 efectivos listos para usarlas, y en octubre van a estar operativas la totalidad de las 500 Byrna disponibles.
Las pistolas Byrna son de color naranja y pueden lanzar proyectiles cinéticos totalmente sólidos, químicos u orgánicos. Por ejemplo, balines que al impactar se fragmentan y liberan una sustancia parecida al gas pimienta. Tienen la finalidad de incapacitar momentáneamente o disuadir a una persona que pone en riesgo a sus víctimas, a los policías y a sí mismo. Y para la Policía de la Ciudad es un medio que sirve para desactivar una situación peligrosa sin usar armas de fuego.
Las Byrna se suman a las pistolas Taser que generan una descarga eléctrica contra el potencial agresor, son indicadas para actuar en espacios reducidos y disparan a unos cinco metros de distancia. Al dispararlas, unos dardos guiados por un cable envían 400 voltios durante cinco segundos. Actualmente, la Policía de la Ciudad dispone de 90 Taser, ya que acaba de comprar 30 unidades. Para fin de año sumarán otras 100.