La hipertensión es una enfermedad que cada día provoca la muerte de miles de personas.
Es una enfermedad que afecta a un 30 por ciento de la población mundial y su presencia significa uno de los principales riesgos para desarrollar cardiopatías.
Esta condición afecta los vasos sanguíneos y dificulta al sistema circulatorio llevar la sangre del corazón al resto del cuerpo. Muchas veces es una enfermedad que cursa de forma asintomática pero si podría presentar algunas alertas como dolor de cabeza, vértigos y náusea, dolor torácico, palpitaciones y hemorragias nasales o subconjuntivales en ojos.
El Día Mundial de la Hipertensión,se conmemora cada 17 de mayo y este año el tema es dedicado a que la población tenga presente la importancia de hacerse evaluaciones con frecuencia para conocer los niveles de presión arterial.
La prevención es esencial para prevenir, hacer un diagnóstico preciso y controlar esta enfermedad con múltiples consecuencias.
Los médicos, indican, que es necesario medir regularmente su tensión arterial a partir de los 35 o 40 años. Los valores normales deben ser 120/80 mm Hg, cuando su lectura es de 140/90 mm Hg se considera hipertensión.
El NO control provoca a largo plazo situaciones como insuficiencia cardiaca, aneurismas en vasos sanguíneos, accidentes cardiovasculares, insuficiencia renal y en algunos casos ceguera. Entre otros problemas también se encuentran el infarto cardiaco o cerebral.
“La hipertensión es una enfermedad silenciosa puede causar daños graves en las arterias de todo el cuerpo, lo que hace que se rompan u obstruyan con mayor facilidad”, agrega David López de Cleveland Clinic Florida.
¿Cuáles son los factores desencadenantes?
El primero es hereditario, e influyen también cuestiones como la obesidad, el estrés, una dieta rica en grasas y carbohidratos, el exceso de consumo de sal, alcohol y fumar.
La ingesta excesiva de carbohidratos, harinas y colesterol causan problemas de depósitos o lesión inflamatoria a nivel de las arterias que provocan endurecimiento o hipertensión arterial secundaria. También puede aparecer por enfermedades renales o ser secundaria a la diabetes.
¿Cómo se trata?
Las medicinas para la presión arterial operan de varias formas. Algunas quitan el exceso de líquidos y sal del cuerpo para bajar la presión sanguínea. Otras hacen más lentos los latidos del corazón o aflojan y ensanchan los vasos sanguíneos. A menudo, dos o más medicinas combinadas funcionan mejor que una sola.
También están los tratamiento con anticoagulantes para evitar la formación de coágulos, controlar la frecuencia cardíaca, tratar las causas del ritmo anormal y reducir los factores de riesgo de empeorar o desencadenar otros problemas. Para quienes ya sufren de una condición a consecuencia de la hipertensión y tienen complicaciones existen alternativas para reparar los daños en el sistema.
Prevención
Las muertes por enfermedades cardiovasculares, según la OPS aumentarán en más de 60% en el 2020 si no se introducen medidas preventivas en toda la región. Las recomendaciones son dejar el consumo de tabaco, mantener una dieta balanceada, comer al menos cinco raciones de frutas y verduras todos los días, limitar el consumo de sal y realizar alguna actividad física, durante 30 minutos todos los días de la semana.