Familiares de las victimas de la tragedia de Cromañon y sobrevivientes, presentaron un proyecto de ley en forma particular para convertirlo en un espacio de “Memoria”.
Piden al Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires que expropie el inmueble donde funcionó el local bailable en la calle Mitre 3060.
Esto es en reacción al fallo del Tribunal Oral Criminal N°24, que a fines de 2018, le restituyó a la empresa Nueva Zarelux S.A. el inmueble en cuestión. Propiedad del empresario Rafael Levy, quien se encargó de alquilar el local a Omar Chabán, gerenciador del boliche. Así se comprobó en los uatro juicios sobre la tragedia.
Este fallo de la corte, devuelve el edificio donde funcionaba Cromañon, también en los pisos de arriba del local, regresa el Hotel Central Park, y al lado un kiosco, un estacionamiento y canchas de Fútbol 5
El artículo primero del Expediente 136-P-2019 elaborado por sobrevivientes y familiares dice: “Declarase de utilidad pública y sujeto a expropiación, en los términos de la ley N° 238, el inmueble sito en Bartolomé Mitre 3060 entre Ecuador y Jean Jaurés de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires”.
El segundo artículo añade: “La edificación existente en el inmueble expropiado deberá resguardar los elementos testimoniales que hacen a su valor histórico-cultural y configuran la memoria histórica colectiva de la Ciudad”.
“El inmueble citado, denominado comercialmente “República de Cromañón”, la calle aledaña y el “Santuario” componen una unidad de sentido en relación al respeto y la conservación de la memoria colectiva, par tanto deberán ser protegidos integralmente por el Estado”, prosigue el proyecto de ley.
El cuarto artículo dice: “Corresponde al Estado la concreción de la expropiación así como la determinación de la partida presupuestaria para su restauración y mantenimiento; la administración del lugar estará a cargo de familiares y sobrevivientes de Cromañón con independencia del Estado”.
El quinto y último artículo señala: El estado garantizara una consulta amplia e informada a los familiares y sobrevivientes de la Masacre de Cromañón, que permita respetar las diversidades presentes en dicho movimiento”.
Para la fundamentación de estos artículos, los familiares y sobrevivientes señalan: “El 30 de diciembre de 2004 quedara instalado en la memoria colectiva como el momento, inédito para nuestra historia en el que en el mismo acto y en una trampa similar a una cámara de gas, a 200 familias se les arrebató la vida de sus hijos e hijas, niños, adolescentes y algunos adultos; en que 4000 personas experimentaron el horror para llevarlo en su cuerpo, y en su memoria, por el resto de sus vidas. Cromañón nombra, a partir del 30 de diciembre de 2004, no solamente un lugar físico, sino sobre todo una masacre, un crimen social en el que murieron 194 personas, la gran mayoría jóvenes, sufrieron traumas físicos y psíquicos miles de sobrevivientes”.
“Estamos hablando de un hecho de violación a los derechos humanos en el presente, entre ellos el elemental derecho a la vida, a la integridad física, a la seguridad personal”, añaden y arengan: “Es evidente que el Estado, reconociendo su responsabilidad, debe garantizar las instancias reparatorias. Se encuentra el respeto hacia la memoria, una memoria colectiva que apunte hacia el Nunca Más Cromañón, Nunca Más muertes jóvenes evitables, Nunca Más desidia y corrupción”.
“El hecho de crear un espacio para la memoria, considerando integralmente tanto el local como la calle aledaña y el Santuario, armada por familiares y sobrevivientes para recordar a las víctimas fatales, es un imperativo para estos tiempos. La creación de un espacio integral para la memoria significaría para sobrevivientes y familiares una instancia reparatoria; pero a la vez afecta al conjunto del pueblo de la Ciudad de Buenos Aires y del país, toda vez que Cromañón marcó un antes y un después en la historia de la corrupción política y administrativa durante el periodo democrático. Se trata de un espacio para que las futuras generaciones puedan recordar lo que nunca más debería ocurrir”, concluye la fundamentación.